Puntadas de filosofía de mediación integradora: Entender el conflicto es hallar la solución.

“Como decíamos ayer” (Fray Luis de León)

 

O como decíamos hace “unos días”, cuando les comentaba a alumnos de mediación…

 

Ningún conflicto es igual porque cada uno de nosotros es único y diferente y tiene su propio aprendizaje, dudas, inquietudes, opiniones…mapas de la realidad y de la vida, por eso no se puede emplear en su gestión las mismas técnicas. Es fundamental retar las barreras de la mente utilizando las herramientas que poseen las neuronas del corazón. Éstas son las que nos llevan a indagar el porqué suceden los acontecimientos, porqué a nosotros, en el momento más “inoportuno”  y, porqué nos topamos con esa persona con la que nos enfrentamos, que, en realidad, es sólo la maestra que nos ayuda en el proceso. El porqué  se convierte en el para qué: para que el conflicto aflore y nos enseñe un poco más de nuestra vida, de nosotros mismos y de cómo disfrutar el regalo escondido tras él.

La causa de un conflicto se reduce a un objetivo: darnos cuenta de lo que realmente necesitamos, queremos y nos interesa. Todo es cíclico y eso le da la unicidad. El principio y el fin en el mismo lugar.

Por eso, en la mediación integradora el objetivo es el “darse cuenta”. Ello sucede en tres áreas que se sincronizan en la evolución del proceso de mediación: la del mediador, la de cada uno de los mediados, y la que origina la zona común de entendimiento entre los mismos.

El “darse cuenta” es entender el conflicto, su causa y su objetivo en un único hilván. Y ello conlleva inexorablemente su solución.

Dra. María del Castillo Falcón Caro.

 

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