Añoranza

Y el viento me llevó al mar. Allí donde su cálido abrazo me acurrucaba y me daba el beso de la seguridad sosegada. Sentía la dulce confianza en la Vida, en el destino y en el Amor a través del sabor salado del Ser. De nuevo y, desde siempre, eso era Todo.

Sólo María

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