En Sevilla, a 2 de enero de 2016
Queridos Reyes Magos:
Ya sé que es raro que recibáis una carta de una persona en edad adulta, pero yo sigo creyendo en vosotros, porque sigo confiando en la magia que existe en el corazón, en la ilusión que provoca la inocencia y en la fuerza del amor.
Os quiero agradecer esos regalos que me habéis hecho a lo largo del año, como el que entren en mi vida personas maravillosas, y que no salga ninguna que ya estuviera en mi corazón; las risas de mis hijos, el tener a mi familia sana y feliz; agradecer las sombras para que brille la luz; todos los momentos felices, los encuentros, aquello que me hace inmensamente rica y que no se puede comprar con dinero; y en definitiva, que pongáis en mi sendero lo que necesito para seguir caminando…
También os quiero pedir que así como mantenéis en mí la convicción de vuestra existencia a través de esos regalos, la recordéis en mucha más gente iluminando sus corazones, para que vuelvan a creer en la magia de la vida y en que puede ser si te das cuenta de lo que quieres que realmente sea y crees en ello…
Por último, quiero dedicarle esta carta a las personas que ya han dejado de tener fe en vosotros para que lo reconsideren, y a la gente que quiero, que está en mi corazón, para que no os olvidéis de hacer cumplir sus deseos…
Vuestra niña adulta,
María del Castillo Falcón Caro
Mi querida Castillo, eres como la mujer del poema «Amo a los hombres y les canto» de Gioconda Belli. Volcán bueno.
Querida amiga, he tenido que buscar el poema porque no lo conocía, y su lectura me ha sobrecogido por su fuerza, pasión, humanidad y amor, así que imagínate de que manera puedo recibir tu comentario, no encuentro palabras para la emoción y el agradecimiento que me provoca…